
La inflación de septiembre fue de 6,2% y cayó por segundo mes consecutivo tras un pico de 7,4% en julio. En octubre, operaria en el rango del 6%, así el año cerraría en el rango 95/100% anual.
La inflación mensual se desaceleró (sesgo que entendemos que seguirá); más baja que el 7% de agosto y menor al 6,7% esperado en el REM, reflejando que la suba de tasas y contracción económica están operando sobre la coyuntura.
De todas formas, sigue siendo muy elevada y espeja el desequilibrio macroeconómico imperante hasta julio, sumado a alzas en bienes y servicios (servicios médicos, educación y otros) regulados que operaban atrasados.
A esta dinámica de lenta caída se le sumarán subas de tarifas (gas, electricidad y agua) en un marco donde la evolución del tipo de cambio nominal seguirá siendo muy elevada (en septiembre fue 6,2% entre puntas y 5,8% mensual promedio)
Volvemos a reiterar que el cambio de rumbo hacia la ortodoxia (monetaria y fiscal) recién daría frutos (desaceleración económica mediante) hacia 2023.
Puntualmente, la inflación de septiembre fue 6,2% (corriendo al 106% anualizada), siendo la menor del tercer trimestre.
Así, la inflación acumulada en 9 meses fue 66% y la interanual llegó al 83%.
Desarmando la inflación de septiembre: la Núcleo cayó al 5,5%, retrocediendo por segundo mes consecutivo reflejando la contracción económica por reflejo de los frenos ortodoxos.